lunes, 30 de septiembre de 2013

¿Cuál es la ciudad más honesta del mundo? Una revista americana pierde 192 carteras para comprobar cuántas se devuelven. Helsinki se aúpa al primer puesto. Madrid se queda en el puesto quince de 16 posibles

¿Cuál es la ciudad más honrada del globo? Esa es la pregunta que al parecer se hizo la revista estadounidense Reader´s Digest cuando la pasada primavera decidió hacer un arriesgado experimento para comprobarlo: perder 192 carteras en 16 poblaciones de Europa, América Latina, Estados Unidos y La India y esperar a ver cuántas eran devueltas a sus propietarios. Para ello las repartieron en parques, plazas o centros comerciales dejando en su interior tarjetas de visita con el nombre y el teléfono del propietario, una foto de familia y varios cupones de descuento. El resultado de este 'estudio' ha encumbrado a Helsinki como la más honrada de las urbes seleccionadas. Y es que en la capital finlandesa se devolvieron once de las doce carteras extraviadas. Unos guarismos que chocan llamativamente con los de los últimos clasificados de este ranquin. En el caso de Madrid se recuperaron dos carteras, una cifra que solo supera a la de Lisboa, donde solamente se devolvió una de los monederos.
"Por supuesto que devolvimos la cartera", contaba un matrimonio finlandés naturales del barrio obrero de Kallio a la publicación. "La honestidad es una convicción interior", confesaban los cónyuges de unos 60 años de edad. Algo que también apoya Lasse Luomakoski, un joven empresario cercano a la treintena, que fue otro de los que halló la cartera. "Somos una comunidad tranquila, sin apenas corrupción", afirmaba Luomakoski. A partir de aquí y hasta el fin de la tabla, los casos de éxito van descendiendo paulatinamente. En Bombay se devolvieron nueve, en Budapest y Nueva York ocho y en Moscú o Ámsterdam siete. En otras ciudades como Londres o Varsovia se recuperaron con todo el contenido cinco de las carteras y en Bucarest y Zúrich, cuatro.
De las que se perdieron en Madrid, aparecieron dos. Una de ellas fue localizada por dos jóvenes universitarias. "No podría ir con un bolso que no fuese el mío por ahí", explicaba una de ellas. Peor fue el caso de la capital lusa donde la pareja de jubilados que devolvió la cartera eran en realidad dos turistas holandeses que estaban de visita.

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